#Kblack5 Yo sí soy culpable.

𝐊𝐎𝐓𝐎𝐃𝐀𝐌𝐀 

♡- Narrativa.

♡- #Kblack5 + #EvilPeony

♡- Negro. | Yo sí soy culpable. 

♡- Fragmentos: 1107.

♤▪︎▪︎Modalidad Shiratani Unsuikyo.

Debbie Jelinsky, au.

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Acostumbrada desde pequeña a lujos, atenciones, la mejor vida, un trato exquisito, su vida rosa se ensombreció demasiado pronto con el fallecimiento de su padre, el único ser que le demostró amor auténtico, al que querría para siempre, al menos hasta descubrir que el hombre no fue listo ni previsorio, no había dejado testamento, la mujerzuela que tuvo por concubina resultó acreedora de todos los bienes, en ella descubrió prematuramente su estilo de vida, guardándole tanto odio como admiración, usándola de modelo en su formación, creciendo con la idea de preservar su belleza para engatusar hombres adinerados a quienes hurtar cada mínimo centavo.

Si bien su madrastra no asesinó a su progenitor, por el contrario, lo amó, le lloró, y jamás lo olvidó, Debbie pensó en entrenarse para convertirse en una viuda negra profesional, inigualable, preciosa, especial.

Sus inicios se dieron desde el horfanato en donde fue dejada, ahí se dio cuenta de la enfermedad, debilidad y poca moral de algunos hombres, pensó lo irreal que había creído al libro de Lolita, luego conoció al degenerado que cayó en sus encantos, su boleto de escape.

Antes de los veintiún años logró hacerlo divorciarse de su madre adoptiva, había bastado tener sexo una sola vez, por años le lavó el cerebro, incrementó su perversión, lo tenía comiendo de su mano, felizmente pulía sus habilidades.

A los veintiuno lo desposó, el pobre hombre perdió el raciocinio, su capacidad de elección, vaya, el libre albedrío, lo que Debbie decía se convertía en la verdad absoluta, no había espacio para pensar por su cuenta, nada de gustos particulares, existía para complacerla, lentamente se volvió su títere, el viejo accedió sin dudar a ponerla como apoderada, albacea, testigo, heredera universal, la mujer no podía estar más feliz, su vida de ensueño regresaba, no más sufrimiento, nada de marcas baratas, y que decir de ser una chica indefensa, ¡jamás!

Tratándose de su primera víctima intentó ser sutil, se sabía estaba en la mira de la ex mujer, que podría ser acusada, no debía permitir una investigación médica, tampoco podía deshacerse de él de inmediato, diciéndose que debería aguantarlo al menos un par de años para disimular.

Durante ese tiempo ideó un sinfín de planes, encontrando detalles importantes en cada uno de ellos, entonces recordó que el peor enemigo de un hombre, es otro hombre, mas no podía ser cualquiera, sino uno que le diera respaldo, como el fastidiado doctor general de su marido, divorciado, odiando la vida, así que lentamente se le fue metiendo a la cabeza, con bondad, hermosas prendas, pequeñas detalles, llamando su atención, recordándole lo bello que es la vida, más tarde fingiendo que el hombre aquel la manipuló todo el tiempo y veía en el médico esperanza.

“Más fácil que respirar…”.

Su primera víctima, supuesto paro cardíaco, confirmado por el doctor de cabecera, nadie quien sospechara, ni siquiera la ex esposa, ella le tenía fe al señor Johnson.

Se habría vuelto a casar, si el doctor hubiera sabido administrar su dinero, para evitar conflictos se mudó, usando otra identidad, con tanto dinero heredado mandar a hacer credenciales falsas era como pedir en un McDonald's.

Sus próximas víctimas le dieron realce, fortunas inimaginables, una viuda negra de blanco, empezada a ser buscada, sus últimos atracos la pusieron en la mira por precipitarse, ninguna millonada saciaba su sed, era como si quisiera al mundo entero.

Lucas Addams apareció en su vida como proyecto singular, un estrafalario de objetos macabros, demente, con una estética fija, podrido en dinero, si sintiera algo todavía, quizá se habría enamorado en serio, así los dos ser unos malditos chiflados juntos.

Matarlo sería un arte, quería no dejar rastro, el sujeto era como una cucaracha, anhelaba hacerlo trizas, inclusive se excitaba al respecto, no podía creer que sobreviviera a explosiones, electricidad, desangramiento, Debbie se inquietó, la psicopatía en su interior se elevó, ya dándole igual si notaba sus intenciones mientras se le cumpliera exterminarlo.

Para peor, él pareceía adorarla cada vez más, estaba disfrutando sus ataques, torturas, le predicaba amor, la atendía… como su padre, sin embargo, nadie podía reemplazarlo, ese puesto era especial.

Habiendo tachado todas las opciones se fue por un clásico, uno remasterizado, supuso ese desquiciado suicida homicida hiperactivo podría ser inmune a varios venenos, así que fue consiguiendo los más potentes para mezclarlos, endulzando todo con miel de maple.

—Lucas, quiero que bebas esto si de verdad me amas.

—¿Un veneno especial para mi?, oh no debiste, ¡es tan emocionante!, sí Debbie, te amo.

La rubia sonrió condescendiente, el calvo se tragó de golpe la jarra con venenos, no había efecto alguno, ella frunció el ceño, sobre todo porque su esposo le solicitaba un beso a cambio, a punto de dárselo el hombre se fue de espaldas.

—Descansa… en paz, para siempre.

Cerciorándose de que no iba a reanimarse arrastró su cuerpo al sótano, el nuevo, habitaban una tercer casa, las otras las había volado en miles de pedazos.

Abajo, llena de adrenalina golpeó su cabeza con una pala, festejando su mayor logro como una pequeña.

Tras una semana no sabía decir si Lucas apestaba antes de morir, lo fue a enterrar en la noche, haciendo dos días después una llamada afligida al 911, dando por desaparecido a su esposo entre llanto dramático.

—… me dijo que iba a jugar en el cementerio, fue la última sonrisa que le vi, siempre lo dejaba ir a saquear, una mujer debe respetar los pasatiempos de su marido… Oh, Lucas, ¿por qué no has regresado?…

La policía tardó alrededor de tres días en encontrarlo, llamándola a reconocer el cadáver, llorando desconsolada gritó que era su primor, que le daría un funeral digno, sin embargo un policía externo entró de improviso acusándola de homicidio, era el departamento de casos especiales, dejó de llorar.

—¿No está viendo que estoy destrozada?…

—La autopsia de ley ha arrojado que el occiso ingirió una cantidad visceral de poderosos venenos, algo así sólo tienen dos caminos, suicidio, homicidio por parte de la persona más cercana, y esa sería usted… la viuda blanca.

Debbie torció los labios, debía ser alguien que ya la rastreaba desde sus inicios, en segundos perdió la compostura para demostrar su verdadero ser. —Yo sí soy culpable, lo soy, ¡yo lo envenené y volvería a hacerlo!, ¡ese hombre no se moría con nada!, pero ustedes…

La rubia sacó una pistola de su bolsillo, disparando veloz al judicial, luego a los investigadores, riéndose maníaca, gritando de la nada, Lucas se volvía a levantar, sin dudarlo le disparó a quemarropa el resto de sus balas.

—Debbie mi amor, eso duele muy bien.

—¡Debiste tomarte más rápido los venenos bueno para nada!

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