#KASSLU2 Sin órganos.

𝐊𝐎𝐓𝐎𝐃𝐀𝐌𝐀

♡- Narrativa-Reto.

♡- #KASSLU2 + #EvilPeony 

♡- Rincón del vago. Reto semanal. | Leyendas urbanas; 2. Sin órganos.

♡- Fragmentos: 538.

♤▪︎▪︎Modalidad Shiratani Unsuikyo.

Fallon Morell Carrington. Au.

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Cuidar de Kirby resultaba más agobiante que encargarse de dos empresas, sin embargo había cambiado, mejoraron su relación, la apreciaba, no iba a permitir se hundiera en drogas de nuevo, especialmente si su medio hermano tenía que ver un poco con la recaída.

Su mejor amigo le avisó sobre mensajes que intercambiaba con un desconocido, debiendo arreglárselas para que fuera a un lugar lejano en vez de ahí, yendo por ella. 

Gracias a sus contactos y dinero, la pelirroja australiana fue conducida con Krystal, ella no estaba del todo al tanto, no obstante sabía leer en ocasiones a la CEO, ofreciendo a su amiga bebidas, comida, un oído. 

La rubia iba a lo desconocido, no se trataba de un narcomenudista ni dealer, Kirby fue engañada por una microorganización de trata y mercado negro, Fallon a pesar de haber sufrido secuestros, sobre todo el último bastante traumatizante, pensó que sería algo leve con que lidiar, al principio sí lo pareció, arribó a una fiesta privada dentro de un edificio sin rentar, pasando por alto lo ilícito, haciéndose la lista al rechazar bebidas, buscaba el contacto que robó del celular del objetivo original, tratando de rastrear al infame sin éxito, encontrando consuelo en la barra de comida, había visto a otros consumir como si nada, sin efectos secundarios, sí la comida era segura, la heredera olvidó de pronto que una droga o un somnífero no precisamente debe beberse o tomarse. 

Degustando de carnes frías y pan tostado, con la música a buen volumen, empezó a ser esparcido un gas junto con el humo típico de discoteca, ella ni siquiera notó que los supuestos guardias abandonaron el sitio, quedando las puras víctimas. 

La música se le fue haciendo lejana, miraba borroso, queriendo sacar el celular de nuevo, se desmayó junto al resto.

Las horas pasaban, los perpetradores destrozaron todo dispositivo electrónico de los secuestrados, faltaban más de la mitad, fueron vendidos completos, a ella la dejaron a parte, su belleza exuberante cautivó a varios, esperaban a un médico amigo y su equipo clandestino para sacarle todos los órganos, la sangre, conservar su cuerpo, ofrecerlo en la red profunda en la sección de fetiches turbios de un servidor alemán. 

Los Carrington buscaron por cielo mar y tierra, mientras tanto la anestesia mal puesta se le terminó a la joven dama, despertando en shock encontrándose con su estómago abierto, desmayando tras gritar impresionada, siendo ese su último momento medianamente lúcido.

Los doctores criminales empaquetaron la sangre para un hospital amigo, los órganos los vendieron fácilmente en una subasta en tiempo real de la red profunda, al final el cuerpo fue disputado por diez hombres de distintas élites, más de un heredero de oriente que reconoció el famosisímo rostro de la socialité. 

Tal vez el señor Carrington llegaba a encontrar el puro cascarón bien conservado, ese hombre demostró todo lo podía, lo que ni él ni nadie iba a poder, era soportar la gran tragedia, ganándose en verdad triste enseñanza de no confiar ni andar solo, menos en un sitio de poca monta, el mismo Anderson, querido sirviente amigo de la familia que vio suficiente porquería en su vida, advirtió el tener cuidado, la maldad del humano es infinita, qué maldita razón tuvo siempre.