#PCITY03 Exterminio.

Pᴇɴᴛᴀɢʀᴀᴍ Cɪᴛʏ ᴘʲᶜᵗ

🔥- Narrativa.

🔥- #PCity03 + #Petite

🔥- Obligatoria. | Exterminio.

🔥- Palabras: 432.

💀- Niffty. 

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Había llegado el día, el conteo de nuevo se reiniciaba, aquel planeta luminoso abría un enorme portal sobre el infierno, descendiendo los ángeles verdugos para iniciar con el exterminio, servicios se averiaron, el pánico colectivo no se hizo esperar, los pecadores, al menos la mayoría, no deseaba volver a morir…ahora para siempre. 

Alastor estaba oculto, aun así debía acatar sus órdenes, no salir si no era necesario, mantener su lugar impecable, vigilar a los ciervos que luego devora, aniquilar a los insectos.

Niffty escuchaba entretenida los gritos de horror, ampliando su sádica sonrisa, deseosa de salir corriendo, así poder admirar la masacre.

『Recuerda, Niffty…』

—Ouh.—La pequeña sirvienta personal hizo un puchero, sacudiendo aburrida, al menos hasta que un cuerpo rebotó contra una de las ventanas cerca a donde ella organizaba, ésta se llenó de sangre, restos humanoides, ahí vio la oportunidad, recordando aquello de seguir manteniendo el sitio perfectamente limpio.

—Uuuh, ahora tengo que limpiar afuera.—La desquiciada mujercita rió cual enferma de manicomio, corriendo impulsivamente hacia la puerta, apenas puso un pie en la calle se quedó admirada del pandemonium. Vísceras, sangre, miembros, gritos, llanto, persecución, los temibles ángeles enmascarados peinando la zona desde arriba, engreídos, hostiles, los odiaba, ellos no eran chicos malos divertidos ni sexies, para empezar eran mujeres, nada atractivo para ella, salvo las puntiagudas lanzas, mataría por obtener una de ellas.

Felizmente comenzó a limpiar la ventana, picoteando de vez en cuando los restos del cadáver, riéndose de él, lo llamaba patético, sucio, inútil, luego susurraba que sería divertido arrancarle las alas a las atacantes, pues no tenía en su colección de gente ni una pluma, mayormente eran ojos, pelusa, vellos, cabellos, incluso granos extirpados. 

“Sólo arrancaré una…”.

De nueva cuenta algo se estrelló contra la ventana, justo cuando la acababa de limpiar, no podía creerlo, se descontroló toda.

—¡Oye maldita perra!, ¡vuelve a ensuciar la puta ventana y te voy a.‐ huuuuh.—Lo estrellado era una cabeza, seguía por así decirse, con vida, como las cucarachas, ella se frotó las manos, sacando un cuchillo bastante grande, saltándole encima al desecho, picoteándolo hasta convertirlo en una masa irreconocible, salpicando más sangre hacia todos lados. Estaba satisfecha, feliz, y había olvidado completamente porque salió, metiéndose tranquila, apenas librando ser atacada por una ángel que pasó por el vecindario.

El exterminio cesó, los verdugos volvían, la mucama estaba orgullosa de ella misma por aparentemente haber sido buena siguiendo el protocolo de su querido señor y amigo, yéndose a lavar el cuchillo como si nada, quizá luego recordaba que tenía ganas de arrancarle plumas a los desgraciados ángeles.