#PCITY02 ¿Hacemos un trato?

Pᴇɴᴛᴀɢʀᴀᴍ Cɪᴛʏ ᴘʲᶜᵗ

🔥- Narrativa.

🔥- #PCity02 + #Petite

🔥- Obligatoria. | ¿Hacemos un trato?

🔥- Palabras: 533.

💀- Niffty. 

🖤🖤🖤🖤🖤🖤🖤🖤🖤🖤

Aunque llegó a poseer gran poder, la pequeña pecadora pasaba desapercibida para cualquiera, sin ayuda, pérdida, ignorada, a muchos les parecía inservible, nadie se tomaba la molestia de unos minutos para conocerla, examinarla, o tratar de entenderla, que al fin y al cabo eso parecía ser lo más complicado.

En un arranque de locura, causado de un episodio regresivo, sin saber bien donde se hallaba, hizo enojar a unos sujetos bastante grandes, canallas, su mente no coordinó, podría haberles hecho frente, sin embargo acabó siendo arrastrada, herida, utilizada, quedándose en un trance a merced, forzándose a entregarse a la paranoia, riéndose en vez de llorar, festejando, aturdiendo a los atacantes, ya no les gustó aprovecharse ni propasarse, ni siquiera les interesó dañarla, les evocaba un exceso de ansiedad indescriptible.

Abandonada a su suerte, poco a poco recuperó la consciencia, dándose cuenta de que estaba a oscuras, hacía frío, el cuerpo le dolía, en otras circunstancias lo habría gozado, sin embargo el estrés postraumático la estaba venciendo, de pronto comenzó a llorar, al inicio se escuchaba lastimera, después como ¿descompuesta? Más inestable de lo que cualquiera que sí le prestó atención pudiese recordar.

Niffty mencionó una palabra coherente, ‘ayuda’, pronto una melodía agradable de jazz resonó en las cuatro diminutas paredes que no lograba observar, soltando un suspiro, le reconfortó saber no estaba realmente sola.

—¿Necesitas mi ayuda? —Signos de vudú en verde iluminaron la habitación, la pequeña pelirroja cesó su llanto, sorbiendo una vez, encantada con la iluminación, sosteniendo una apuñalada en el vientre como si nada.

—Por favor.

Al instante el demonio de la radio apareció frente a ella, tendiéndole una mano. —Te salvaré, me pertenecerás, teniendo que darme tu voluntad, para siempre…

Ella pensó que eso no estaba nada mal, la sonrisa del otro pecador le fascinó, era similar a la suya, supo que alguien iba a comprender su retorcida mente, incluso si el mayor solicitaba más cosas, no iba a dudar en entregarlas, su cuerpo, su alma, lo que fuera.

—¡Sí, acepto, tenemos un trato, mi señor!

Efusiva, aliviada, la pecadora ensangrentada firmó el pacto estrechando la mano más grande con ambas suyas, los dos se rieron al mismo tiempo, mientras los símbolos de vudú continuaron expandiéndose, a su vez que almas cautivas los rodearon, sanando a la joven, aunque perdiendo energía y poderes en el proceso, pero ¿qué importaba?

—¡Vamos a matar chicos malos estúpidos!

Alastor asintió, de acuerdo con el plan de venganza, desvaneciendo entre sombras, volviendo segundos después, tentáculos negros sostenían a sus atacantes, Niffty sacó un cuchillo de una aguja enorme, saltando frenética para aniquilarlos, mas no había sido eso el exacto agrado del locutor sino la maestría con la que limpió los desechos, también la manera en que volvía a sonreír, ella sería una esclava devota y más, una amiga, otra psicópata que piensa tan mal como él.

—Estoy lista para ir con usted, amo. —La enana saltó a sus brazos, Alastor no se sintió invadido, además no duró demasiado así, cual insecto escaló a su cabeza, quedándose muy tranquila en ese lugar, como si siempre hubiera permanecido ahí.

“Éste sí es un chico malo genial, lo quiero mucho, haré todo lo que me pida.”.