#HDIH1 Happy day in hell.

Pᴇɴᴛᴀɢʀᴀᴍ Cɪᴛʏ ᴘʲᶜᵗ

🔥- Narrativa.

🔥- #HDIH1 + #Petite

🔥- Inicial. | Happy day in hell.

🔥- Palabras: 600.

💀- Niffty.

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No recordaba haber sido llevada o caminar hasta el estudio de noticias, vagamente reconoció a la reportera Katy Killjoy, estuvo contemplando su aspecto en silencio con excedente de dedicación, sonriendo cada vez más amplio hasta que alguien de staff pasó sin verla, pateándola, a lo que la diminuta demonia alzó sus brazos festejando el dolor recién experimentado, luego se levantó entre risitas, dándose cuenta de que la otra ya no estaba, el programa se encontraba transmitiendo. 

—Uh… pasillos, muchos pasillos para ver y limpiar.—Distraída iba a emprender su micro aventura, cuando en un poof apareció sentada en una silla alta, sonando aplausos grabados, la reportera la presentó de mala gana, con su compañero susurrando que dudaba entrevistar pecadores aleatorios subiría el rating.

—Muy bien Niffty, date la vuelta y sonríe a los espectadores… —Solicitó la reportera fingiendo amabilidad, ni sabía para qué, todos la conocen.

Los reporteros se quedaron helados, los camarografos confundidos, la mucama demoníaca observaba sin parpadear, ni moverse, era una mirada aterradora incluso para otros pecadores y demonios, derrochaba toda su locura interna, la incomodidad fue tanta que mandaron a comerciales en medio de notorios escalofríos, ella se dio cuenta de que el foco rojo de la cámara se apagó, volviendo en sí.

—¿Cómo lo hice? ¿bien?

—Sí… no volverás a ver a las malditas cámaras. 

Con señas indicaron voltearan a la mujercita, un técnico menos perturbado giró la silla, el programa comenzó de nuevo, Katy cambió la introducción, describiendo físicamente algo despectiva a la invitada que ni se daba por aludida. 

—Y ahora, ella nos responderá, las ‘brillantes’ preguntas…

—Uuuh, sí, estoy totalmente lista.

—Bien, ¿cómo has llegado al infierno?…

Niffty miró hacia arriba confundida, no recordaba mucho, lo primero que expresó fue: chico malo, mal hombre, desgraciado. Riéndose de forma maníaca.

—…¡tuve que deshacerme de él, estaba sucio y arruinaba el piso!, no podía dejar ese desastre tan… tan sucio.

—Ajá, claro, asesinato… —Público real festejó, pecadores asesinos sobraban en el infierno. —¿Recuerdas tu vida en tierra?

—¿Tierra?… —La pequeña mujer meció los pies ansiosa, relatando algo incoherente acerca de tener todo reluciente, ser hermosa y joven, mantener el cariño de su hombre, balbuceando las palabras Esposa Perfecta, Mujer De Sociedad, Ser Útil.

—Y tenemos otra traumada, que sorpresa.

—Uh, sorpresa, me encantan las sorpresas, a veces el amo me da unas, ¡quiero unas sorpresitas! —La pelirroja bajita siguió riendo, saltando de un lado a otro, siendo mirada con desprecio y confusión por el resto, a lo que muy vaga la presentadora principal le preguntó quién era su amo. —¡Alastor! Mi señor, es tan bueno.

Las quijadas se les iban a zafar a los de la televisora, la señal empezó a funcionar mal, tener mucha estática, Niffty aplaudía, entendieron que, debían tratar mejor al diminuto adefesio hiperactivo por el bien de sus almas de por sí ya condenadas. 

—¡Lo quiero mucho porque es tan dedicado y malvado!, ¡sabe llevar la alegancia con el mal!, un hombre y amigo que quiero, muuucho, muchísimo.

—Aaah… sí, siguiente pregunta, Niffty, ¿tienes algún gusto particular?

—¡Chicos malos sexies!, y… un pequeño gusto secreto, te lo voy a decir, a veces mato a las mamá insectos en frente de sus hijos como una advertencia…

—… súper.

—Y también me gusta castigar a chicos malos buenísimos… rawr. —Nadie sabía de donde sacó un plumero y una fusta, menos se vio venir cuando se lanzó contra un camarografo, teniendo que cerrar pronto el segmento, mandando otros comerciales.

—¡Quítenme de encima a ésta insoportable p.-…

El demonio de la radio apareció, todo mundo echó a correr, tal cual vino desapareció con la mujercita.